Con un mensaje poderoso y reflexivo, Adriel Favela anunció su próximo show en la Ciudad de México, el cual se llevará a cabo el 20 de junio en el emblemático Lunario del Auditorio Nacional, marcando así su esperado retorno a los escenarios de la capital.
Durante un encuentro reciente con los medios, el cantante y compositor habló abiertamente sobre su visión artística, sus inquietudes sociales y los retos que enfrenta el regional mexicano en la actualidad. Uno de los puntos más emotivos de la charla fue su postura frente a la situación migratoria en Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a los menores no acompañados.
“Hay pequeños que están enfrentando procesos legales sin ningún adulto a su lado. No podemos cerrar los ojos a esa realidad”, expresó con firmeza Adriel Favela, quien presentó su tema “Un día sin mexicanos”, una colaboración con Daniel Félix, Octavio Cuadras y Giovanni Ayala, que denuncia la discriminación hacia la comunidad latina en el país vecino. “No es una estrategia comercial, es un grito desde el corazón”, subrayó.
El artista también se refirió a su papel dentro de “Pase a la fama”, un programa dedicado a impulsar nuevas voces del género, en el que comparte escenario con figuras como Ana Bárbara y Horacio Palencia. “Este proyecto tiene alma, no es solo entretenimiento. Queremos abrir puertas reales”, comentó emocionado.
Sobre su estilo musical, dejó claro que, aunque respeta el auge de los corridos tumbados y reconoce el talento de exponentes como Natanael Cano, su camino artístico está enfocado en honrar las raíces del género y mantener una propuesta con identidad propia. “No todo lo que tiene fuerza es tumbado. Hay que informarse y valorar la variedad sonora”, puntualizó.
En cuanto a su concierto, Adriel Favela promete una velada honesta, cargada de emociones, y sobre todo, conectada con las realidades que lo mueven como ser humano y artista.
Los boletos ya están a la venta en el sistema Ticketmaster y en las taquillas del Auditorio Nacional. El recital del 20 de junio promete ser una noche profunda, de música que toca fibras y en la que la voz del pueblo sonará fuerte desde el escenario.