El 22 de febrero, el Pepsi Center se convirtió en el escenario de una noche mágica que dejó huella en todos los presentes. La velada comenzó con la cálida y sencilla interpretación de Marilia Monzón, quien encantó con sus canciones llenas de poesía. Su presencia en el escenario preparó el terreno para lo que sería una velada inolvidable.
Andrés Obregón, por su parte, logró capturar la atención del público desde los primeros acordes. Con canciones como Pausa, Mar y Bosque, la energía del público creció con cada tema. El artista mostró una faceta emocional y profunda en su actuación, consolidando su lugar en la música actual.
Este concierto no solo representó el cierre de su gira, sino también una muestra de su evolución artística. Obregón demostró por qué es considerado una de las voces más prometedoras de México, ganándose el cariño y respeto del público con su talento innegable. La noche terminó como un verdadero homenaje a la música mexicana.
