Cuando conocimos Pokémon Legends: Arceus en 2022, muchos pensamos que la saga Pokémon necesitaba justamente eso: reinventarse, adentrarse en nuevas mecánicas, y reconfigurar su fórmula histórica de turnos, exploración por zonas y captura sencilla. Ahora, en 2025, llega la secuela espiritual que tanto esperábamos: Leyendas Pokémon: Z-A. Lanzado el 16 de octubre de 2025 para Nintendo Switch y Nintendo Switch 2, el juego se sitúa en la icónica región de Kalos, pero lo hace de una forma sorprendente: dentro de una sola ciudad, Ciudad Luminalia (inspirada en París), mientras introduce un sistema de combate completamente en tiempo real y la vuelta de la megaevolución.

La promesa es fuerte: un Pokémon que fusiona lo clásico con lo audaz, con la intención de sacudir la comodidad (y la paciencia) de los entrenadores veteranos y reclutar a un público nuevo. ¿Lo consigue? En muchos sentidos sí. Pero también deja claros sus límites. A continuación repasamos qué funciona, qué no y por qué esta entrega merece —y al mismo tiempo exige— atención.
Historia y ambientación
Z-A nos lleva a Luminalia, donde la corporación Quasartico, Inc. está inmersa en un ambicioso proyecto urbano que pretende integrar humanos y Pokémon en un entorno moderno, urbano, denso. La historia se desarrolla tras los sucesos de Pokémon X/Y, lo que permite ver rostros familiares mientras el protagonista asciende en un sistema de ranking (de “Z” a “A”) mediante combates promovidos en zonas especiales de la ciudad.
Este escenario urbano es una apuesta distinta: en vez de recorrer una región extensa con zonas rurales, montañas y parajes silvestres, el foco está en una metrópolis con zonas “Salvajes” (Wild Zones) insertadas en su tejido. La idea es interesante, más íntima, quizás más controlada… aunque también más restrictiva. En ese sentido, diversos análisis apuntan que a pesar del carisma de Luminalia, la sensación de amplitud se ve algo comprometida.
La narrativa mantiene el tono de aventura juvenil de la saga, con toques de misterio corporativo y amenazas legendarias que emergen del subsuelo. Está bien llevada, aunque no pretende ser la más profunda del universo Pokémon: su fuerte es la experiencia de juego más que la filosofía. Para muchos jugadores eso es suficiente; para otros, puede quedarse algo ligera.

Mecánicas de juego y combate
Aquí es donde Z-A realmente marca diferencia. El sistema de combate abandona (casi) por completo el esquema tradicional por turnos que ha definido la franquicia y apuesta por un combate en tiempo real. En lugar de seleccionar ataque, esperar turno, luego otro, ahora vemos a entrenadores y Pokémon moverse, esquivar, lanzar ataques y cambiar de Pokémon mientras el reloj no para.
Esto acarrea varias innovaciones clave:
- Puedes moverte libremente durante el combate, posicionarte, esquivar ataques, usar habilidades activas que requieren “tiempo de lanzamiento”.
- La megaevolución regresa como un recurso estratégico: consigues “Mega Energía” al infligir daño y al usar la habilidad puedes activar esa forma superior temporalmente. Esto le da valor táctico a cuándo y cómo desplegarla.
- Los espacios de batalla también juegan: zonas de combate especiales (“Battle Zones”) emergen durante la noche en la ciudad, lo que introduce una estructura de torneo/ranking interno en el mundo.

La sensación al jugar es atractiva: más dinámica, más cercana al ritmo del anime o incluso de un ARPG ligero que a los títulos Pokémon convencionales. Uno siente que está “en medio del combate”, no sólo eligiendo órdenes. Eso le da frescura, y muchos lo han celebrado.
Sin embargo, no todo es perfecto: la curva de aprendizaje cambió, lo que supone un reto extra para jugadores que vinieron de la experiencia clásica; además, algunos ataques/poderes pierden claridad en medio del caos visual, y el movimiento del personaje puede sentirse menos pulido que en otros ARPG puros.

Exploración y mundo
El hecho de que el juego se desarrolle en una única ciudad (aunque amplia) tiene sus ventajas y sus pegas. La abstracción urbana permite zonas densas, repletas de detalles, con edificios, parques, tejados, callejones… lo cual funciona para ambientar una experiencia distinta.
Pero varios críticos señalan que esa “ciudad+wild zones” tiene momentos de vaciado: edificios que no puedes entrar, fachadas repetidas, áreas que parecen superficiales en interacción. Por ejemplo, uno apunta que “la ciudad se siente algo vacía” en ciertos rincones.
Otro tema es el desempeño técnico: cargados tiempos, pop-in de texturas, o incluso caídas de framerate en la versión original de Switch. El título brilla más en Switch 2 que en hardware más antiguo, lo cual es importante considerar si tienes la versión estándar.
En resumen: la exploración funciona, el concepto es sólido, pero la ejecución pierde puntos cuando se mide con estándares de mundo abierto más ambiciosos.

Presentación audiovisual
Visualmente, Z-A ofrece un estilo que mezcla lo moderno-urbano con lo fantástico Pokémon. Las zonas de combate, los efectos de megaevolución, la cámara durante la batalla: todo apunta a un diseño ambicioso. Pero también es justo decir que los análisis no han sido complacientes. Animaciones planas, NPCs estáticos, texturas que envejecen rápido, y una sensación de “esto podría haber sido mejor” aparecen en múltiples reseñas.
La música cumple; los temas de ciudad, de combate, de megas, están bien elaborados aunque no necesariamente memorables a la altura de los grandes hitos de la saga. Y el doblaje de voces, cuando existe, es limitado: varios personajes y situaciones funcionan sin voz, lo cual genera contraste frente a otros títulos más cinematográficos.
En conclusión: visualmente pasa por sólido, pero no rompe esquemas; tiene trazos de grandeza, pero también de austeridad técnica.

Innovaciones, aciertos y novedades
Los principales puntos fuertes de Z-A incluyen:
- Sistema de combate en tiempo real: una de las mayores novedades de la franquicia hasta la fecha.
- Regreso de la megaevolución, integrando una mecánica que muchos fans pedían.
- Ambientación urbana densa, que ofrece un Pokémon “diferente”, más cercano al entorno moderno que al bosque tradicional.
- Modo multijugador / ranking: la introducción de un sistema de ascenso de rangos en batallas intensifica la rejugabilidad.
Estas innovaciones no son meros añadidos cosméticos. Transforman la experiencia de juego: ahora los entrenadores deben pensar en posición, tiempo, recursos. Ya no basta con “elige ataque, espera turno”. Eso los hace relevantes.
Problemas, áreas de mejora y restricciones
Pero el juego también tiene sus sombras:
- La escala del mundo se siente moderada: un solo escenario (Luminalia) puede dar sensación de limitación comparado con regiones completas anteriores.
- Rendimiento técnico cuestionable en hardware estándar Switch: framerate irregular, pop-in, texturas flojas.
- Interacción y profundidad: algunos espacios urbanos carecen de contenido real, edificios inútiles, NPCs poco animados.
- La narrativa, aunque competente, no innova radicalmente en cuanto a guion o emoción. Puedes disfrutarla, pero quizá no te marque como algunos fans esperaban.

Rejugabilidad y extras
La estructura de Z-A está pensada para que haya “más allá de la historia”. El sistema de ranking, los retos nocturnos, los desafíos de megaevolución y las zonas libres ofrecen motivos para seguir jugando. También el modo multijugador y el ascenso por rangos añaden capas de contenido que extienden la vida útil del título.
Si eres fan de capturar, entrenar y optimizar, encontrarás muchos incentivos. Si en cambio esperabas un mundo gigantesco, con ciudades, montañas y océanos completos… puede que te sientas algo decepcionado. Aun así, la frescura del sistema de combate compensa con creces.

Conclusión
Leyendas Pokémon: Z-A es un juego audaz, con ganas de sacudir lo establecido sin perder lo que hizo grande a la franquicia. Introduce mecánicas frescas, combate más activo y una ambientación interesante que rompe con la rutina de bosque-gimnasios-liga. En ese sentido, es un paso adelante que muchos esperaban.
No es perfecto: su mundo limitado, cuestiones de rendimiento y algunas carencias de profundidad se sienten como eco de una franquicia que todavía está aprendiendo a reinventarse. Pero lo que sí logra es hacerte sentir que un Pokémon distinto es posible. Un videojuego que respira “nuevo” sin dejar de ser “Pokémon”.
Si tuviera que ponerle una nota, me quedo con un sólido 8 sobre 10 (o “Recomendado” con reservas). Si tienes Switch 2 y estás deseando una experiencia distinta, vale cada hora. Si tienes la versión estándar, te recomiendo jugarlo sabiendo que algunos sacrificios técnicos están presentes.
En definitiva: un gran paso para la saga, quizá no su techo, pero sí una plataforma firme para lo que venga después. Acompañado de amigos, atrapando monstruos y dominando megas… te espera una aventura que demuestra que, aún a 30 años de su nacimiento, Pokémon puede sorprender.
